Diferencia clave: un tobillo torcido es cuando el ligamento está parcialmente desgarrado o completamente desgarrado. Una fractura de tobillo es cuando se rompe un hueso en el tobillo.
Las lesiones de tobillo son las lesiones más comunes que recibe la gente, especialmente en los deportes. Los dos tipos más comunes de lesiones de tobillo son el esguince y las fracturas. Aunque estos pueden parecer similares debido a la inmensa cantidad de dolor que sigue, son diferentes entre sí. El esguince es más leve en comparación con la fractura. La articulación del tobillo está formada por tres huesos: la tibia, el peroné y el astrágalo. El hueso de la tibia es el hueso principal de la parte inferior de la pierna y constituye la parte interna o interna del tobillo. El peroné es un hueso pequeño que forma el maléolo lateral o la protuberancia externa del tobillo. El astrágalo es el hueso superior del pie. Lesiones ocurren comúnmente a estos huesos o ligamentos correspondientes.
Cuando se torció un tobillo, los efectos son inmediatos, causan dolor intenso, hinchazón y moretones. El área es sensible al tacto y duele cuando se ejerce presión sobre ella. En esguinces más severos, la persona puede escuchar un chasquido o un sonido desgarrador del desgarro del ligamento. También te dolerá caminar o incluso pararte sobre esa pierna. También se produce hinchazón y moretones. Si es un esguince menor, una persona puede aliviar el dolor al usar analgésicos de venta libre, mantener la pierna elevada y usar una compresa fría para reducir la hinchazón. Si los esguinces son más serios, una visita al médico es una necesidad para determinar que no hay huesos rotos. El médico diagnostica un esguince en función de lesiones pasadas, dolor, hinchazón, moretones o una radiografía para asegurarse. El tratamiento incluye un anagrama popular conocido como PRINCE, que se traduce en: Protección, Descanso, Hielo, AINE u otros analgésicos, Compresión y Elevación.
Los síntomas comunes del esguince de tobillo incluyen:
- Sensibilidad
- Hinchazón
- Rigidez
- Dolor
- Moretones
- Presión en el punto de impacto.
Durante una fractura, una persona puede escuchar el chasquido de un hueso o sentir cómo se rompe el hueso. Esto suele ser seguido por una cantidad insoportable de dolores, donde la persona no puede caminar o incluso estar de pie sobre esa pierna en particular. La hinchazón, los moretones y la acumulación de líquido (pus) también son comunes durante las fracturas. También, dependiendo del impacto de la presión que se colocó en el hueso y se fracturó, también podría hacer que el hueso se desgarre de la piel y se salga, dando como resultado sangre. Las fracturas menores solo requieren un yeso o una férula y medicamentos de venta libre para el dolor, mientras que las fracturas más graves requieren cirugía, la recuperación y la terapia física para que los músculos y los huesos se acostumbren nuevamente al movimiento.
Los síntomas de la fractura incluyen:
- Dolor severo
- Incapacidad para caminar o pararse
- Dislocación del hueso
- Sangría
- Entumecimiento
- Hinchazón
- Huesos visibles fuera de la piel.
- Dolor en toda la zona y no solo en el tobillo.
- Piel azul
- Pies fríos
- Moretones