Diferencia clave: el estrés surge de nuestras interacciones diarias con el mundo. La depresión es un cambio en el estado de ánimo causado por un desequilibrio bioquímico.
Todos los seres humanos tienen que lidiar con el estrés y la depresión en sus vidas en algún momento u otro. La clave es entender la diferencia entre ellos y tratarlos en consecuencia. Básicamente, el estrés es tensión, que proviene de nuestras interacciones diarias con el mundo. Por otro lado, la depresión es un cambio en el estado de ánimo debido a un desequilibrio bioquímico.
El estrés se manifiesta en una respuesta física, mental o emocional a los problemas de nuestra vida diaria, como la presión en el trabajo, los problemas familiares, el tráfico, una entrevista, un examen, una confrontación, etc. Estas son cosas que normalmente no se pueden evitar. en la vida. Para hacer frente a estas situaciones, nuestro cuerpo está equipado con la respuesta de "lucha o huida". Esta es una respuesta fisiológica que le da al cuerpo la energía que necesita para enfrentar la situación estresante.
Cuando nos enfrentamos a una de estas situaciones, nuestro cuerpo aumenta automáticamente la frecuencia cardíaca, así como el suministro de sangre al corazón y al cerebro. Hace que haya más glucosa disponible para energía rápida, y la respiración se vuelve más rápida. Estas respuestas son causadas por las hormonas en el cuerpo, que vuelven a la normalidad una vez que desaparece el factor estresante. Estas respuestas son buenas para nosotros en pequeñas cantidades, ya que nos dan la fuerza para enfrentar las situaciones estresantes. Sin embargo, si el estrés permanece durante mucho tiempo, o si uno se encuentra en situaciones de estrés con más frecuencia de lo normal, estas hormonas permanecen activas y pueden causar problemas en el cuerpo, como un sistema inmunitario debilitado y una enfermedad cardíaca.
Por otro lado, la depresión se define como un estado de bajo estado de ánimo y aversión a la actividad. Esto generalmente es causado por un desequilibrio bioquímico en el cerebro, que dificulta la capacidad de las células nerviosas para comunicarse entre sí. Estas células se comunican usando químicos llamados neurotransmisores, algunos de los cuales ayudan a mantener el estado de ánimo. Si hay una deficiencia en estos químicos, la persona puede experimentar depresión.
Por lo general, una persona se siente deprimida o triste por un tiempo mientras el cerebro corrige el desequilibrio. Sin embargo, si el desequilibrio continúa, la depresión podría empeorar. Incluso se podría necesitar tomar medicamentos para corregir el desequilibrio. Los síntomas de depresión incluyen falta de energía, pérdida de interés en las actividades normales, cambio en el apetito, aumento de peso o pérdida de peso, sueño excesivo, insomnio y capacidad de concentración. El estrés continuo también puede provocar depresión. La depresión puede tener algunas consecuencias graves, como un impacto en las relaciones personales, el rendimiento en el trabajo y puede causar deterioro físico por falta de atención. Una persona con depresión generalmente se sentirá extremadamente sola, pesimista e incluso podría pensar en suicidarse.